Manzoni, de ejemplo de austeridad a émulo de Kraisman
Hace no mucho tiempo irrumpió en los grandes medios la figura del intendente de Viamonte, Facundo Manzoni, presentado como el “gaucho libertario” que venía a demostrar que otra política era posible.
La primera vidriera fue TN y de ahí en adelante el blindaje fue total: todos los medios del grupo y satélites repitieron la épica de un hombre “honesto, austero, anti Estado, pro campo, libertario y hecho a sí mismo”, con bombacha, boina y barba estilo Inodoro Pereyra.
Un personaje pintado a mano para encarnar la fábula del nuevo político argentino.
Pero el decorado se cayó de golpe: el gaucho Manzoni resultó ser, ni más ni menos, un ñoqui de la Legislatura cordobesa. Entre marzo de 2016 y diciembre de 2019 cobró un sueldo como asesor del bloque del PRO —hoy todos reciclados en libertarios mileistas— sin que nadie lo viera jamás pisar ese edificio.
Cuatro años de salario público a cambio de nada, salvo pregonar una supuesta honestidad antikirchnerista que le abrió la puerta a la intendencia de su pueblo.
La historia no es nueva: Manzoni apenas se suma a la lista inaugurada por el célebre “Puma” Kraisman, recordado como el ñoqui estrella de la Legislatura. La diferencia es que mientras Kraisman fue destrozado por los mismos medios que lo habían inflado, habrá que ver si al “gaucho libertario” se le aplica el mismo rigor.
¿TN y compañía dedicarán los mismos minutos para contar que su ídolo telúrico no era más que un ñoqui serial? Las apuestas están abiertas, pero todo indica que el blindaje mediático será más fuerte que la verdad.